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Boletin Especial (Noviembre 2002)

Arte y cultura en León Trotsky

Arte y cultura en León Trotsky

Por Demián A. Paredes 1

Desde la conocida frase de Marx, que sostenía que "El escritor, debe naturalmente ganar dinero para poder vivir y escribir, pero no debe en ningún caso vivir y escribir para ganar dinero...” la tradición revolucionaria ha puesto hincapié en el problema del arte y la cultura como parte de las necesidades de la lucha por la liberación humana; contra la mercantilización y deshumanización capitalista en todas las esferas de la vida del hombre.

Fundamentos y objetivos de este trabajo

El capitalismo impone flagrantes contradicciones a la sociedad, desde lo más obvio: las hambrunas y las guerras que asolaron todo el siglo XX. El 1° de noviembre de 1914, a comienzos de la Primer guerra imperialista, Lenin escribió: “El imperialismo arriesga el destino de la cultura europea. Después de esta guerra, si no triunfan unas cuantas revoluciones, vendrán otras guerras...”.

Pero sin llegar a comparar con hechos de tal magnitud, podemos poner por caso el de nuestro país en la actualidad que, según las estadísticas oficiales, puede producir alimento para 300 millones de personas (cuando somos 36 millones y la mitad se encuentra bajo la línea de pobreza). Pero esto a su vez incluye la batalla por adueñarse de lo más avanzado del actual sistema social (desde la conquista del poder político al dominio de la economía; pero también en lo referido a la ciencia, la cultura y el arte).

¿Qué relación se establece entre la lucha por el poder político de los obreros, los campesinos y todo el pueblo, y su expresión en la esfera del arte y la cultura en general?

Trotsky es un exponente de esta preocupación. Como parte de su lucha en pos la de la revolución, se ocupó de gran cantidad (demostrando su enorme calidad y capacidad) de cargos en tareas diversas 2. También trató, centralmente reflejados en dos trabajos: Problemas de la vida cotidiana y Literatura y revolución, lo tocante al arte y la cultura.

Aportó claves importantes para comprender (contra la utilización stalinista de lo que se conoció como “realismo socialista”) el papel del arte y la cultura en correctas perspectivas para la vida del hombre.

En la imponente biografía que de él hizo, Isaac Deutscher nos cuenta: “No sólo de política vive el hombre...” fue el título que Trotsky le dio a un breve ensayo suyo que apareció en Pravda en el verano de 1923. Menos que nadie podía él vivir sólo de política. Aun en los momentos más vitales de la lucha por el poder sus actividades literarias y culturales absorbieron una gran parte de sus energías; y esas actividades lo ocuparon aún más cuando salió del Comisariado de la Guerra y la controversia en el seno del Partido [comunista ruso] se aplacó durante algún tiempo. No es que Trotsky tratara de escapar de la política. Su interés en la literatura, el arte y la educación siguió siendo político en un sentido más amplio." 3.

Daremos una somera exposición al contenido de estas dos obras. Camino a ello, expondremos como “contracara negativa” la concepción de la Escuela de Francfort en lo tocante al desarrollo del arte y las posibilidades del hombre moderno por emanciparse desde la “iluminación” de la conciencia por la obra de arte. Lo hacemos no como una sumatoria erudita, sino como una necesidad política de exponer ambas concepciones y perspectivas en lo que hace al destino de la sociedad actualmente.

Ambos (L.T. y los de Francfort) vivieron la negra década nazi-fascista que concluirá con la 2da. Guerra Mundial (e incluso uno de los más conocidos exponentes de la primer generación de Francfort, Walter Benjamin, murió el mismo año que Trotsky). El contraste sin embargo es notorio.

En ascenso: la revolución rusa

Partimos con el primer trabajo que enumeramos: Problemas de la vida, editado en 1923, como recopilación de artículos aparecidos en Pravda. Allí Trotsky sostenía: "¿En que consiste pues nuestra tarea actual? ¿Que debemos aprender? ¿A que debemos tender ante todo? Tenemos que aprender a trabajar correctamente, de manera exacta, esmerada, económica. Necesitamos cultura en el trabajo, cultura en la vida, cultura en la vida diaria. Hemos derribado el reino de los explotadores - después de una larga preparación- gracias a la palanca de la insurrección armada. No existe una palanca apropiada para elevar de un solo golpe el nivel de la cultura." 4

Trotsky enumera los diversos problemas que hacían a la vida del pueblo ruso, recientemente liberado de la explotación capitalista, pero a la vez inmerso en la destrucción interna provocada por los años de la Primer Gran Guerra y la guerra civil (1918/21); busca y propone distintas políticas que ayuden a elevar el nivel de vida de las masas, tanto desde lo estrictamente “económico” (como partidario de la industrialización y la adopción de los métodos de producción fabril más avanzados) como en lo material-cultural, con su correlato “educativo” y “espiritual” para el pueblo ruso.

En este pequeño y valioso trabajo, Trotsky plantea una serie de cuestiones que vamos a enumerar y citar algunas, para extendernos en la observación del cine y el enorme poder de educación y entretenimiento que ofrece: al mismo tiempo que combate el alcoholismo y la religión, entendida esta como opio del pueblo: costumbre y rutina impuesta a las masas laboriosas para hacer de ellas espíritus dóciles...

León Trotsky plantea que ganarse en Rusia la batalla por la jornada de 8 horas "es la base de un cambio fundamental en lo referente a la vida obrera, al desarrollo cultural, a la educación, etc., pero no se trata sino de un punto de partida. La vida del trabajador será tanto mejor, tanto mas cabal y sustancial cuanto más el estado sepa utilizar con discernimiento el tiempo de trabajo. La importancia de la conmoción de octubre, ya lo hemos dicho, consiste precisamente en que los éxitos económicos de cada obrero suponen automáticamente un alza del nivel material y cultural de la clase obrera en su conjunto. ’Ocho horas de trabajo, ocho horas de sueño, ocho horas de tiempo libre’; así reza la vieja divisa del movimiento obrero. En las condiciones nuestras, cobra un sentido novísimo: mientras más productivas sean las ocho horas de trabajo, mientras mas se realicen las ocho horas de sueño en buenas condiciones de limpieza e higiene, más sustanciales y de un nivel de cultura más elevado serán las ocho horas de tiempo libre" (Alcohol, iglesia, cine)

Hasta que el avance económico del estado obrero ruso no libere a la mujer del trabajo esclavo de la comida y las tareas rutinarias del hogar, se ocupe de la educación de los niños y la higiene por medio de comedores y lavaderos de ropa sociales, con grupos o "partidos" que desarrollen los mas posibles métodos avanzados de aprendizaje y enseñanza; mientras tales resultados no sean posibles, la iglesia y el alcohol seguirán influenciando en la vida del pueblo, ya que la rutina y la pesada carga del trabajo de la casa o la fábrica, promueven a la mujer y al hombre a escapar de la miseria diaria mediante las imágenes de colores que ofrece la botella de alcohol; o el incienso y los cantos religiosos una vez por semana -que distrae de la rutina del hogar, cotidiana- que propone la iglesia.

Dirá que "en este campo [el del arte y la educación], el instrumento mas importante, el que supera de lejos a todos los demás es, sin duda, el cine. Esta invención desconcertante en materia de espectáculos ha entrado en la vida de los hombres con una rapidez fulminante. En las ciudades capitalistas el cine forma parte de la vida corriente, en la misma medida que el baño, la taberna, la iglesia y otras instituciones más o menos útiles y recomendables. La pasión del cine se basa en el deseo de distraerse, de ver algo nuevo, inédito, de reír y hasta de llorar, no sobre la propia suerte sino sobre la de otro. El cine ofrece una satisfacción óptica totalmente viva e inmediata a todas esas necesidades sin exigir nada del espectador, ni siquiera la capacidad de leer. De ahí la afición y la gratitud del espectador hacia el cine, fuente inagotable de impresiones y de sensaciones. He ahí el punto, no solamente el punto, sino la vasta superficie donde pueden comenzarse los esfuerzos en vista a la educación socialista." 5.

Contra la tradición religiosa dirá: "Esta ceremonia maquinal, que pesa sobre la conciencia, no se la puede superar por la sola crítica, hay que reemplazarlas por nuevas formas de vida, nuevas distracciones, nuevos espectáculos que eleven el nivel de cultura. Al llegar aquí, nuestro pensamiento se detiene naturalmente en ese instrumento teatral por excelencia -por ser el más democrático- , el cine (...) Desplegando en la pantalla medios escénicos mucho más cautivantes que los de la iglesia, mezquitas o sinagogas, cuya experiencia en materia teatral es sin embargo milenaria. En la iglesia, se asiste siempre a una sola ’acción’, la misma cada año, mientras que en el cine, que se encuentra justo al lado o enfrente, se pueden ver, en los mismos días y a las mismas horas, tanto fiestas paganas como pascuas judías o cristianas, en sus relaciones históricas, imitando sus ceremonias. El cine divierte, instruye, sorprende la imaginación con imágenes y quita las ganas de ir a la iglesia. El cine es un gran competidor no sólo de la taberna sino también de la iglesia. Es el instrumento del que tenemos que apoderarnos a toda costa." 6.

Pero la suerte de Rusia estaba -y está, así como todos los países mas o menos avanzados- al destino de la revolución mundial.

Rusia era "trinchera para la revolución socialista mundial", pero terminó sucumbiendo aislada por el fracaso de la revolución en Alemania, la inexperiencia de los jóvenes partidos comunistas, y por la llegada, la consolidación en el poder, de una casta de burócratas que terminaron sacrificando el destino de un mundo nuevo a sus intereses individuales. Esta década será la que oficie de "prólogo" para el advenimiento del fascismo y el retroceso de la revolución proletaria. Como veremos luego, Benjamin pertenece a la tradición de marxistas "en retroceso".

Igualmente, la labor en la atrasada Rusia, no impidió que Trotsky observara y promoviera, 10 años antes que el nazismo -y con opuestos objetivos obviamente-, la influencia del cine hacia las masas.

Parate y contraataque: el aislamiento y burocratización de la Revolución Rusa y la década del fascismo

El atraso económico y cultural eran parte de las preocupaciones de los bolcheviques, y en especial de Trotsky y Lenin, como tareas inmediatas para reorganizar el nuevo estado. Pero: “la nación gobernada por el partido de Lenin se hallaba en un estado próximo a la disolución." 7.

Es que el esfuerzo de las masas rusas las dejó agotadas frente al enorme combate a la contrarrevolución.

Lenin, al introducir la NEP, les dijo a los bolcheviques que tenían que ‘aprender a comerciar’. No era menos importante, añadió Trotsky, que ‘aprendieran a aprender’.”

Es que las tareas del flamante primer Estado Obrero de la historia adolecía de técnicos y especialistas que llevaran adelante la cantidad de tareas que se precisaba. Como mucho de lo mejor de la guardia bolchevique había perecido durante la Gran Guerra y en la guerra civil, se tuvo que recurrir a la “ayuda” de técnicos, asesores y especialistas que ya trabajaban antes para la burguesía y el antiguo régimen, para administrar y cumplir con funciones del Estado Obrero y que no podía hacer nadie más.

Para sintetizar todo, la destrucción económica del estado y su economía, la falta de gente que se ocupara de las tareas del estado (en economía y su planificación, en cultura y educación, administración en general, etc.) por poseer Rusia una masa de campesinos semi-analfabetos; todo esto conspiraba contra la “administración de la cosas y las personas” que se imponía ahora, con la nueva realidad del país tras el fin de la guerra civil.

Los mismos bolcheviques “ ...eran hombres de la intelectualidad... algunos de ellos poseían una amplia y profunda educación. Pero eran tan sólo un puñado. Los ‘cuadros’ eran en su mayoría obreros semicultos y personas también semicultas de extracción pequeñoburguesa.” Y a la vez: “ ...muchos de los intelectuales eran, o demasiados rígidos en sus hábitos mentales conservadores o bien demasiado pusilánimes o demasiados mediocres y serviles para que pudieran ejercer una influencia intelectual considerable y fructífera." 8.

Pero la base material, como decíamos más arriba, la situación de estabilización relativa del capitalismo en el período de entreguerras y, la combinación de la naciente burocracia en diaria connivencia con los nepman (los campesinos ricos), fue abriendo camino para que la burocracia se encaramara en el poder, y de allí, desde el parasitismo económico y político, también ejerciera la presión, la interesada tutela, sobre el arte, la cultura y la ciencia.

Frente a estos gérmenes en creciente desarrollo de la burocracia que alentaban lo que llamaron "arte proletario" y contra "el derecho y el deber de ’ejercer la dirección’ en la literatura y el arte”; contra el movimiento adulador al régimen, el Prolekult, Trotsky replicó: “ ’El arte debe encontrar su propio camino... los métodos del marxismo no son sus métodos. El Partido ejerce la dirección sobre la clase obrera, pero no sobre [todo] el proceso histórico. Hay algunos campos en los cuales el Partido dirige en forma directa e imperiosa. Hay otros campos en los que supervisa... y aún otros en los que sólo puede ofrecer su cooperación. Hay, por último, campos en los que sólo puede orientarse y mantenerse al tanto de lo que está ocurriendo. El campo del arte no es un campo en que el Partido esté llamado a ejercer el mando’ Y recordaba que "el proletariado ha tomado el poder precisamente para ponerle término de una vez por todas a la cultura clasista y para abrirle el camino a una cultura universal. No pocas veces parece que nos olvidamos de esto." 9.

La herramienta en Trotsky es, pues, la palanca de la insurrección, la lucha por el poder político contra la burguesía y los terratenientes (los dueños de todo el campo y la industria, incluida la cultural): "La burguesía asumió el poder cuando estaba plenamente armada con la cultura de su tiempo. El proletariado asume el poder cuando está plenamente armado sólo con su aguda necesidad de ganar acceso a la cultura"

Para concluir, citamos nuevamente a Deutscher in extenso -explicando más a Trotsky y su Literatura y revolución: "La burguesía pudo crear su propia cultura porque, aún bajo el feudalismo y el absolutismo, aún antes de haber conquistado la preponderancia política, poseía riquezas, poder social y educación, y se hallaba presente en casi todos los campos de la actividad espiritual. La clase obrera puede ganar en la sociedad capitalista, a lo sumo, la capacidad de derrocar esa sociedad; pero, siendo una clase desposeída, explotada e inculta, emerge del dominio burgués en una condición de indigencia cultural, y por eso no puede originar una nueva fase significativa en el desarrollo de la mente humana. En realidad, no era la clase obrera, sino pequeños grupos de miembros del Partido e intelectuales... los que aspiraban a crear una cultura proletaria. Sin embargo ’no puede crearse ninguna cultura de clase a espaldas de una clase’. Ni tampoco es posible fabricarla en laboratorios comunistas. Quienes sostienen haber encontrado ya la cultura proletaria en el marxismo, hablan por ignorancia: el marxismo ha sido tanto el producto como la negación del pensamiento burgués, y hasta ahora ha aplicado su dialéctica principalmente al estudio de la economía y la política, en tanto que la cultura es ’la suma total de los conocimientos y las capacidades que caracterizan a la sociedad en su conjunto, o cuando menos a su clase gobernante’."

"Había quienes, con Nietsche, sostenían que una sociedad sin clases, si alguna vez llegaba a existir, sufriría por exceso de solidaridad y que llevaría a una pasiva existencia de rebaño en la que el hombre, extinguidos sus instintos de lucha y competencia, degeneraría. Sin embargo, el socialismo, lejos de suprimir el instinto humano de emulación, lo redimiría dirigiéndolo a propósitos más elevados. En una sociedad libre de antagonismos de clase no habría competencia por las ganancias ni lucha por el poder político; y las energías y pasiones del hombre se concentrarían en la emulación creadora en los campos de la tecnología, la ciencia y el arte. Surgirían nuevos ’partidos’ que rivalizarían en cuanto a las ideas, a la planificación de las viviendas, las tendencias en la educación, los estilos en el teatro, en la música y en los deportes; en cuanto a los proyectos de canales gigantescos, la fertilización de los desiertos, la regularización del clima, nuevas hipótesis químicas, y así por el estilo. Estas contiendas, ’excitantes, dramáticas, apasionadas’, abarcarían a la sociedad en su conjunto y no tan sólo a corrillos sacerdotales. ’El arte, por consiguiente, no se verá privado de esas variedades de energía nerviosa y estímulos psicológicos colectivos’ que producen nuevas ideas e imágenes. La gente se dividirá en ’partidos’ artísticos rivales según su temperamento y su gusto. La personalidad humana crecerá, se refinará y desarrollará esa cualidad inestimable que le es inherente: ’la cualidad de no contentarse nunca con lo que se ha logrado’

Éstas, indudablemente, eran perspectivas remotas. Lo que había por delante, en lo inmediato, era una época feroz de lucha de clases y guerras civiles de las cuales la humanidad emergería empobrecida y desamparada. A continuación la lucha contra la pobreza y la penuria en todas sus formas duraría décadas, y durante ese tiempo la naciente sociedad socialista se entregaría a una ’pasión por lo que hoy son los mejores aspectos del norteamericanismo’: la expansión industrial, los récords de productividad y la comodidad material. Pero esta fase también pasaría; y a continuación se abrirían horizontes que la imaginación ni siquiera era capaz de concebir:

Los sueños actuales de algunos entusiastas... de impartir una cualidad teatral y una armonía rítmica a la existencia del hombre, encajan bien y coherentemente con esta perspectiva... La pesada rutina de alimentar y criar niños... pasará de la familia individual a la iniciativa social... La mujer emergerá por fin de la semiesclavitud... los experimentos socio-educativos... evolucionarán con un impulso que ahora es inconcebible. El modo de vida comunista no crecerá ciegamente como los arrecifes de coral en el océano. Será edificado conscientemente. Será controlado por el pensamiento crítico. Será dirigido y corregido...

El hombre aprenderá a desplazar ríos y montañas, a construir palacios del pueblo en las alturas del Mont Blanc y en el fondo del océano; y le impartirá a su existencia no sólo riqueza y color y tensión dramática, sino también un carácter altamente dinámico. No bien empiece a formarse una corteza en la existencia humana, la misma estallará bajo la presión de nuevos... inventos y logros.

Por fin el hombre se dedicará en serio a armonizar su propio ser. Se propondrá impartir mayor precisión, conciencia de propósito, economía y en consecuencia belleza a los movimientos de su propio cuerpo en el trabajo, en la marcha y en el juego. Deseará dominar los procesos semiconscientes e inconscientes de su organismo: la respiración, la circulación de la sangre, la digestión, la reproducción; y tratará, dentro de los límites inevitables, de subordinarlos al control de la razón y la voluntad... El Homo sapiens, hoy estancado... se tratará a sí mismo como el objeto de los más complejos métodos de selección artificial y de adiestramiento psicofísico.

Estas perspectivas se desprenden de todo el desarrollo del hombre. Éste empieza por expulsar la oscuridad de la producción y la ideología, por romper, por medio de la tecnología, la bárbara rutina de su trabajo y por derrotar a la religión por medio de la ciencia... Después, por medio de la organización socialista, elimina la espontaneidad ciega y elemental de las relaciones económicas... Por último, en los rincones más profundos y sombríos del inconsciente... acecha la naturaleza del hombre mismo. En ella, claramente, concentrará éste el esfuerzo supremo de su mente y de su iniciativa creadora. La humanidad no habrá dejado de arrastrarse ante Dios, el Zar y el Capital sólo para entregarse dócilmente a las oscuras leyes de la herencia y la ciega selección sexual...

El hombre se esforzará por dominar sus propios sentimientos, por elevar sus instintos a la altura de su mente consciente y por hacer claridad en ellos, por canalizar su fuerza de voluntad hasta sus profundidades inconscientes; y en esta forma se elevará él mismo a una nueva eminencia, se desarrollará hasta convertirse en un tipo biológico y social superior: en el superhombre, si os parece.

Es tan difícil decir de antemano cuáles son los límites del dominio de sí mismo que el hombre sea capaz de alcanzar, como preveer hasta dónde podrá desarrollar su dominio técnico sobre la naturaleza. La constructividad social y la autoeducación psicofísica vendrán a ser los dos aspectos gemelos de un solo proceso. Todas las artes -la literatura, el teatro, la pintura, la escultura, la música, la arquitectura- le impartirán a este proceso una forma sublime... El hombre se hará incomparablemente más fuerte, más sabio, más sutil; su cuerpo se hará más armonioso, sus movimientos más rítmicos, su voz más musical. Las formas de su existencia adquirirán una dinámica cualidad teatral. La talla media del hombre se elevará a las alturas de un Aristóteles, de un Goethe o un Marx. Y sobre esas cumbres se elevarán otras nuevas.

"...Ningún escritor marxista antes o después de Trotsky ha contemplado la gran perspectiva con ojos tan realistas y con imaginación tan encendida." 10.

Estos debates tuvieron su lugar en la primera década de los ’20. Pero la noche negra del fascismo (con Trotsky ya exiliado y camino a recorrer “el planeta sin visado”) acabó, bajo la dictadura del capital más concentrado, las perspectivas de lucha de la clase obrera y su acceso a la cultura. El stalinismo, dirigiendo la internacional comunista (Comintern), hizo todo lo posible (como en Inglaterra y China) por colaborar con el capitalismo. Trotsky dirá que “...Stalin y Molotov contribuyeron más al mantenimiento, estabilización y salvación del capitalismo europeo que todos los estadistas de Europa." 11.

La confluencia o acercamiento de Walter Benjamin con la tradición revolucionaria -que personifica León Trotsky- llega desde aquí: "...Benjamin se ligaba, en su crítica al progreso, a una tradición del marxismo.(...) Ya en 1927, poco después de su viaje a Moscú, había renunciado definitivamente a toda idea de adhesión al Kpd [Partido Comunista Alemán]. Su alejamiento del movimiento comunista estalinista se profundizó en los años siguientes. Se sabe que en 1932 leyó la Historia de la revolución rusa y la autobiografía de Trotsky con gran interés. Le escrbió a Gretel Adorno que ’desde hace años’, no había ’asimilado nada con tal intensidad, hasta cortar el aliento’(...) En 1938, resumiendo un contenido de una conversación con Brecht, señalaba que en Rusia reinaba una ’dictadura sobre el proletariado’ y exigía estudiar de manera profunda los análisis de Trotsky, que sucitaban una ’sospecha justificada’ respecto de la Urss bajo Stalin. Finalmente, en las Tesis [de Filosofía de la historia]de 1940, denunciaba el pacto germano-soviético como una traición consumada por ’políticos’ que habían abandonado la causa de los oprimidos y habían avasallado ’a un aparato incontrolable’" 12.

Benjamin postula que "la clase que lucha, que está sometida, es el sujeto del conocimiento histórico... la última que ha sido esclavizada... la clase vengadora que lleva hasta el final la obra de liberación en nombre de generaciones vencidas"13. La dialéctica del cambio social, revolucionario, no arriba a su síntesis. "En sus notas preparatorias a las Theses, Benjamin escribió que las revoluciones no eran, como lo pensaba Marx, las ’locomotoras de la historia mundial’, sino más bien el ’freno de mano en ese tren de la humanidad en viaje’" 14.

En el fragmentarismo de Benjamin, en su reivindicación estética y epistemológica del collage y la cita, no hay simplemente una ruptura aliviada o celebratoria con la totalidad, sino una crisis de la totalidad que, al mismo tiempo, se mantiene como horizonte de las operaciones históricas y críticas. Este es uno de los grandes problemas de Benjamin, que no puede ser pasado por alto como si sus textos sólo lo plantearan excepcionalmente o, por casualidad, de vez en cuando. Por el contrario, diría que lo plantean de manera continua..." 15.

Es que su posición contra los marxistas mecánicos y positivistas (socialdemócratas y stalinistas) lo arrojó hacia una dialéctica negativa, que si bien expresaba la necesidad de avances a través de rupturas y rechazos al orden establecido, no llega a la altura de Trotsky.

Es que Benjamin y la Escuela de Francfort serán los estudiosos del objeto-producto en la “Industria Cultural”. El hecho de que terminen (cada autor desde su óptica particular) con la redención, o la crítica, o la salvación, iluminación o escape del sistema por el arte mismo hacia las masas, pero por un arte producido por una elite, termina hasta situándolos cerca de su propio enemigo, el antimarxista -esteticista-aristócrata Harold Bloom 16.

Al referirse a la masividad y la actualización de la obra de arte, Benjamin señala que "ambos procesos conducen a una fuerte conmoción de lo transmitido, a una conmoción de la tradición, que es el reverso de la actual crisis y de la renovación de la humanidad. Están además en estrecha relación con los movimientos de masas de nuestros días."

Estos días serán las décadas de revolución y contrarrevolución, surgidas desde el pantano de sangre de la guerra fratricida imperialista. De aquí surgirá la gran Revolución Rusa, y mas luego su onda expansiva se extenderá el resto de Europa.

Hasta aquí llega la confluencia con L.T.17 las génesis que representan son bien diversas, y por tanto la contigüidad de sus caminos pasó por un punto, que hemos querido señalar.

Trotsky, contará con un movimiento social de masas en lucha, en ascenso. Este hándicap es el que le permite tratar de desarrollar una correcta política hacia el pueblo ruso tras la revolución.

Trotsky, como dirigente revolucionario, plantea las tareas adecuadas para el advenimiento de una sociedad nueva, no en base al efecto de la obra de arte por sí misma, sino con la participación entusiasta, activa, de los millones de la sociedad.

Conclusiones y perspectivas: por un arte revolucionario independiente

No disponemos del espacio suficiente aquí para desarrollar en la siguiente década, los avatares y las relaciones de Trotsky, la viva voz de la revolución proletaria, con mucho de los grandes representantes del arte y la cultura mundial. Nombramos sólo al pasar al filósofo B. Russel; al filósofo Dewey, que llevaría a cabo el contraproceso en México; éstos fueron respetuosos y admiradores para con el dirigente ruso, más allá de las diferencias en la política. Incluso el fabiano y gran dramaturgo Bernard Shaw expresó su apoyo contra las calumnias y falsificaciones del Kremlin...

También L.T. tuvo un acercamiento con otro gran escritor, A. Malraux, hasta que cortaron relaciones y este último llegó a ser ministro (y admirador hacía rato) de De Gaulle 18.

Brevemente, Trotsky logró que lo aceptaran en México, hasta su asesinato, por el intermedio de dos grandes del arte plástico: Diego Rivera y Frida Khalo, quienes dan a su disposición la “Casa Azul." 19.

El último grande de las letras fue André Breton, uno de los fundadores del movimiento surrealista que lo visitó allí. Junto con éste y el muralista mexicano Diego Rivera, impulsaron el conocido Manifiesto por un arte revolucionario independiente. Allí sostuvieron que “El arte verdadero, es decir, el que no contenta con variaciones sobre modelos ya hechos, sino que se esfuerza por dar una expresión a las necesidades interiores del hombre y de la humanidad de hoy, no puede ser revolucionario, es decir, no aspirar a una reconstrucción completa y radical de la sociedad, aunque solo fuese para liberar a la creación intelectual de las cadenas que la atan y permitir a toda la humanidad elevarse a alturas que solo unos cuantos genios aislados han alcanzado en el pasado. Al mismo tiempo, reconocemos que solo la revolución social puede abrir el camino hacia una nueva cultura.”

Pero pese a los esfuerzos de Breton por impulsar el proyecto en Francia, mientras amenazaba ya con iniciarse la nueva Guerra. Trotsky rompe con Rivera, y con intelectuales y escritores de los Estados Unidos se inicia “una discusión triangular entre parís, Nueva York y México arbitrada por Trotsky, que... hizo perder varios meses(...) Finalmente, el congreso mundial y la constitución de un Comité Ejecutivo Internacional de la F.I.A.R.I. jamás verán la luz." 20.

Este manifiesto quedó, junto con el proyecto de la F.I.A.R.I. (Federación Internacional del Arte Revolucionario Independiente), finalmente truncado por el estallido de la 2da. Guerra Mundial.

Hemos querido exponer la capacidad de León Trotsky por comprender y utilizar en forma revolucionaria las tendencias más progresivas de las masas (interactuando desde el estado, con una política “cultural”, como vimos en Problemas de la vida); pero además como contó con el apoyo político de diferentes sectores de vanguardia artística que lo vieron como alternativa al despotismo y miseria de los regímenes capitalistas y la degeneración (y utilización) stalinista. Desde el aliento que brindó (y con ciertas esperanzas) al futurismo ruso21, como en el (último) intento por crear la Federación, junto a Breton y Rivera22.

Esperamos que al calor de los nuevos hechos y crisis actuales, resurjan nuevas vanguardias de artistas que acompañen a los revolucionarios, y que se planteen como proponía Trotsky: La independencia del arte para la revolución; la revolución para la liberación definitiva del arte.

1. Militante de En Clave Roja, Jujuy.

2. Nos referimos, desde 1917, a su papel como presidente del Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado que llevó al poder a los obreros y campesinos, hasta las difíciles negociaciones por la paz con Alemania (tratados de Brest Litovsk) y a la creación del Ejército Rojo, etc. Véase por ejemplo “León Trotsky, Jefe militar de la revolución rusa” en Cuadernos CEIP Nro.2, agosto 2001.

3. En Trotsky, el profeta desarmado 1921-1929, Ed. ERA.

4. En Problemas de la vida, "No sólo de política vive el hombre".

5. "El hecho de que hasta ahora, después de cerca de seis años, no hayamos echado mano del cine, prueba hasta qué punto somos torpes, incultos para no decir estúpidos. El cine es un instrumento que se impone por sí mismo: el mejor instrumento de propaganda -propaganda técnica, cultural, aplicable a la producción, a la lucha antialcohólica, al campo sanitario, político, en dos palabras, es un instrumento de propaganda fácilmente asimilable, atractivo, que se graba en la memoria..." (L.T., op. cit.)

6. Dijo: " ...la cuestión de las distracciones reviste una enorme importancia en lo tocante a la cultura y a la educación. El carácter del niño se manifiesta por el juego. El carácter del adulto se expresa con mayor fuerza a través del juego y las distracciones. Los juegos y las distracciones pueden también contribuir ampliamente a la formación del carácter de toda una clase, cuando esta clase es joven y marcha hacia adelante, como lo hace el proletariado. (...) Tomamos a los hombres tal como los ha creado la naturaleza y como la antigua sociedad los ha educado en parte, y en parte estropeado. En el seno de ese material humano vivo, buscamos donde asentar las palancas del partido y del estado revolucionario. El deseo de divertirse, de distraerse, contemplar espectáculos y reír, es un deseo legítimo de la naturaleza humana. Podemos y debemos conceder a esa necesidad satisfacciones artísticas cada vez mayores, sirviéndonos al mismo tiempo de esa satisfacción como medio de educación colectiva, sin ejercer tutela pedagógica o constreñimientos para imponer la verdad."

7. Deutscher, op. cit. Y luego agrega: “La estructura social de Rusia no sólo había sido trastocada, sino destrozada y destruida. Las clases sociales que habían luchado entre sí tan implacable y furiosamente en la guerra civil se hallaban todas ellas, con la excepción parcial del campesinado, agotadas y postradas o pulverizadas.”

8. En Trotsky, el profeta desarmado 1921-1929, Ed. ERA. Toda esta situación abrió un abismo entre los militantes bolcheviques y la intelectualidad y los hombres de ciencia. “Trotsky, como Lenin, Bujarin, Lunacharsky, Krasin y otros pocos hicieron todo lo posible por tender un puente sobre el abismo. [L.T.]Exhortó a los comisarios y secretarios del Partido a que trataran a los intelectuales con consideración y respeto; e instó a los intelectuales a mostrar una mayor comprensión de las necesidades de la época y del marxismo.”

9. Citado por Deutscher en Trotsky, el profeta desarmado 1921-1929, Ed. ERA.

10. Deutscher, en Trotsky, el profeta desarmado, con la traducción "alterada" de Literatura y revolución, por ed. varias.

11. En “El bagaje de conocimientos de Molotov”. En Naturaleza y dinámica del capitalismo y la economía de transición, Ed. CEIP León Trotsky.

12. En Los marxistas y la custión judía, Cap. VIII El materialismo mesiánico de Walter Benjamin, de Enzo Traverso, Ediciones del Valle.

13. En Tesis -12- de filosofía de la historia.

14. En Los marxistas y la custión judía, Cap. VIII El materialismo mesiánico de Walter Benjamin, nota 50.

15. En "Siete ensayos sobre Walter Benjamin" Ed. FCE, de , Olvidar a Benjamin, subrayado mío. Igualmente Sarlo alega que "Benjamin es un escritor de la crisis, pero no su apologista"

16. Para especificar, si bien "revelada después de la guerra, como obra conjunta, Dialéctica de la ilustración de Horkheimer y Adorno, en su argumentación básica, identifica al liberalismo norteamericano y el fascismo alemán" (Anderson, en Consideraciones sobre el marxismo occidental, Ed. Siglo XXI), y la crítica es correcta, la parcialidad de sus investigaciones, deja a la escuela de Francfort a mitad de camino. Ya se conocen los derroteros de la historia: el hambre y la miseria (cultural y artística también) que padece la humanidad hasta hoy día sin que las masas se liberen o “iluminen” por medio de alguna obra producida por alguna elite de artistas.

En las antípodas, contra toda "teoría crítica", el aristócrata Harold Bloom dice: "Hace tiempo que me encuentro librando una batalla -en la que llevo todas las de perder- contra la destrucción de los criterios cognitivos y estéticos que en las universidades de los países angloparlantes viene afectando a los estudios literarios. Hacia fines de los 70, éstos se habían visto reemplazados por los estudios culturales -esa extraña mezcolanza de Foucault, Marx, el feminismo y distintos menjunjes parisinos-." En Clarín, suplemento Zona, 13 de abril de 2002.

17. Dice Traverso que "Werner Kraft ha destacado un pequeño matiz que distinguía la actitud de Brecht de la de Benjamin frente a la Unión Soviética: el primero estaba contra Stalin, el segundo a favor de Trotsky" (op. cit.)

18. Este tema se desarrolla en “Malraux y Trotsky: El encuentro entre la Leyenda y la Historia”, de Gérard Roche. Publicado en Estrategia Internacional Nro. 9.

19. Para ver en más detalle, ver León Trotsky, Escritos Latinoamericanos, Ed. CEIP León Trotsky.

20. En Gérard Roche, “Trotsky, Breton y el manifiesto de México”. Publicado en Estrategia Internacional, Nros. 7 y 8.

21. Trotsky alentó a la experimentación -que igualmente recibió sus críticas- del futurismo ruso. Lo mismo (análisis y crítica) hace con 4 o 5 escuelas artísticas más en “Literatura... “. I. Deutscher nos recuerda que “En un apéndice a Literatura y revolución, Trotsky publicó un memorándum sobre los orígenes del futurismo italiano y su relación con el fascismo, escrito a petición suya por Antonio Gramsci, el teórico comunista italiano...”

22. Hay que marcar que no sólo Stalin, sino también Mao en China, apelaron al recurso del “realismo socialista” con las obras que retrataban a los burócratas del estado “en funciones” y al “líder”, como forma de “realzar” y fijar aún más su autoridad y el estado de cosas. Contrariamente, Khalo y Rivera fueron “artistas populares” (con el mural en las universidades, como forma de masificar y difundir más ampliamente sus obras por ejemplo); Trotsky sin embargo no prestó atención a quienes le habían conseguido la visa a México. Tal vez por tenerlos “demasiado cerca” (y por tareas más urgentes e inmediatas) no apreció en profundidad (como sí hizo con muchos otros) el contenido social de sus obras. Será un tema para otro lugar.