Logo
Logo
Logo
Las ideas de izquierda en un mundo en crisis

Las ideas de izquierda en un mundo en crisis

El contexto internacional en el que irrumpió el debate sobre la serie "Trotsky", fue analizado en el editorial del programa especial de "El Círculo Rojo", programa de La Izquierda Diario que se emite todos los domingos de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos, 89.9.

 "Me dije que tal vez era cierto después de todo que las ideologías están muertas; me regodeé mirando por la ventana del bar cómo el sol caliente de la primavera de Buenos Aires comenzaba a fundir todas las convicciones del invierno. Sospechaba por primera vez que podía haber un placer en el vértigo de flotar en ese caldo uniforme que se había adueñado hacía tiempo de todos los espacios del planeta. El sol volcaba su fiesta de distinciones sobre todos los objetos de la esquina, pero yo sentía que por todas partes estaba drenando una noche gris de gatos universalmente pardos, una apoteosis de la indiferenciación que por primera vez no lograba despertarme miedo".

 Así comenzaba su novela El Traductor, el periodista y escritor Salvador Benesdra a mediados de los años noventa del siglo pasado.

 Era un libro, pero a la vez era una manifestación literaria de un espíritu de época. Luego de la caída del Muro de Berlín, a partir de la década de 1990, presenciábamos un embriagado triunfalismo capitalista en el que no sólo ya no habría lugar para el marxismo como sistema de ideas: la revolución, la clase obrera, las izquierdas, las ideologías, la política, la crítica y hasta la mismísima historia habrían alcanzado su triste y solitario final.

 Debíamos acostumbrarnos a mundo posideológico, pospolítico, posindustrial, posnacional, postrabajo y, en definitiva, posmoderno; donde la única certeza era el dominio absoluto del neoliberalismo y la predominancia de lo que la filósofa argentina Silvia Schwarzböck llamo “la vida de derecha”.

 El cine gritaba Good by Lenin, o estrenaba más tardíamente películas como La vida de los otros sobre el tragicómico poder totalitario en los países mal llamados socialistas, mientras que Emir Kusturica le daba un toque circense al desmembramiento de la exyugoeslavia con su clásico Underground. Eran manifestaciones culturales del derrumbe de un mundo o de “El pasado de una ilusión” como tituló su libro sobre el comunismo el historiador galo Francois Furet.

 Sin embargo, lo que se derrumbó relativamente rápido fue este exitismo capitalista desmesurado, con las tempranas crisis económicas de finales de los años noventa (en Rusia, en Brasil, en México, luego en la misma Argentina); hasta que en 2008 con la caída del banco de inversión Lehman Brothers en EEUU y una crisis mundial que aún sigue su curso.

 El quiebre de la utopía de la Unión Europea, los levantamientos de la Primavera Árabe, la eterna crisis griega, los indignados españoles o el movimiento Occupy Wall Street, hasta llegar a los “chalecos amarillos” franceses.

 La vuelta de los nacionalismos de derecha, la polarización y los desplazamientos también a izquierda con todas las deformaciones del caso.

 Algunos ejemplos: En las primarias norteamericanas de 2016 los votantes jóvenes del candidato autodenominado socialista, Bernie Sanders, superaron a los de Trump y Clinton juntos. En Francia, un tercio de los votantes menores de 24 años eligió al veterano “izquierdista” Jean-Luc Mélenchon. Lo único nuevo que ha dado la política norteamericana, además de las locuras de Trump, es una referente demócrata que también se autodenomina socialista: Alexandria Ocasio Cortez. Y la revista conservadora inglesa The Economist alerta sobre los peligros de un nuevo socialismo millennial.

 En el terreno ideológico, tras el estallido de la crisis en 2008, Marx ha retornado a las bibliografías universitarias y a las librerías con mucha fuerza. En la Feria del Libro de Madrid de 2012 el libro más vendido fue una edición ilustrada del Manifiesto Comunista, el ensayo más comentado en 2014 ha fue un libro titulado El capital en el siglo XXI.

 El año pasado, el cumpleaños 200 de Marx se ha transformó en un acontecimiento global. Los principales diarios y revistas del globo le dedicaron portadas o suplementos especiales, desde Le Monde al Time, Newsweek o la BBC.

 En ese contexto, la televisión estatal rusa necesitó realizar una serie que construya un diablo, que ese diablo se llame Trotsky y ponerla en circulación a 100 años de la revolución de Octubre. Y Netflix necesitó adquirirla. Sobre esa serie vamos a debatir hoy en este programa especial.

 Porque parece que para los que dominan el mundo, la revolución no es un sueño eterno, sino una pesadilla tan presente y tan aterradora como el capitalismo.



Novedades