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Cuadernos del CEIP N°3 (Agosto 2002)

Una guerra de cien años

Una guerra de cien años

por Ngo Van 2

Reproducimos aquí una conferencia dada por el militante obrero vietnamita Ngo Van en el CERMTRI el 20 de octubre de 2001[1].

 

Hola queridos amigos, y muchas gracias a Jean-Jacques Marie3 por haberme invitado a traerles este testimonio. Les hablaré de este período complicado y desconocido de la historia del Vietnam que precedió al que se denominó las guerras de Indochina y Vietnam.4
Las dos obras que publiqué sobre Vietnam tenían como objetivo fundamental recordar la lucha olvidada de una generación de revolucionarios que combatieron al imperialismo colonial, no sólo por la independencia nacional, sino también por una transformación radical de la sociedad entera.
La primera obra, Vietnam 1920-1945, revolución y contrarrevolución colonial, intenta, de alguna manera, realizar la crónica de las luchas obreras y campesinas contra el régimen colonial, así como la crónica crítica del Partido Comunista indochino, de su metamorfosis en partido-estado, que dio forma al rostro del Vietnam actual, y por último y principalmente la crónica de la Oposición Comunista de Izquierda indochina, desde su nacimiento en 1930 hasta su adhesión como sección de la IV° Internacional en 1938, y la posterior exterminación casi completa de sus combatientes en 1945-1950.
La segunda obra aborda bajo el ángulo de un testimonio más directo algunos aspectos de esta lucha oposicionista. Antes de llegar al corazón de este tema, quisiera recordar algunos hechos.
En el tiempo de la colonización francesa, Indochina estaba formada por Vietnam, Camboya y Laos. Los colonizadores habían dividido Vietnam en tres regiones: Tonkín al norte, Anam en el centro y Cochinchina en el sur. Tonkín y Anam eran protectorados y Cochinchina una colonia. Mientras que los tonquineses y los anamitas, llamados los «protegidos franceses», y administrados por los mandarines de la corte de Huê5, estaban sometidos al régimen jurídico feudal bárbaro (las penas comprenden el apaleamiento, la estrangulación, la muerte lenta...), los cochinchinos, llamados «sujetos franceses», estaban sometidos a la administración directa de los franceses regida por el Código Penal francés modificado, que no era menos arbitrario.

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La conciencia de los franceses despertó ante la problemática de Indochina con la reconquista en 1945 y la primera guerra de Indochina, que terminó en Dien Bien Phu y en la conferencia de Ginebra en 1954, después de 95 años de dominación colonial francesa. Luego hubo una nueva toma de conciencia con la intervención de los Estados Unidos en Vietnam. A grandes rasgos esto se conoce, en cambio se suele ignorar todo lo que sucedió antes...

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Jules Ferry, portavoz de la burguesía francesa de la III° República, declaró en la Asamblea Nacional en 1884: «Las razas superiores tienen el deber de civilizar a las razas inferiores...»
Luego, desarrollando sus declaraciones hechas en la Cámara el 29 de julio de 1885, Jules Ferry escribía:
«La colonización es hija de la política industrial... La exportación es un factor esencial de la prosperidad pública, y el campo de empleo de los capitales, así como la demanda de trabajo, se mide en relación con la extensión del mercado extranjero.»
La conquista de Indochina y su dominación política apuntaban entonces a convertirla en una tierra de renta, a transformar el país en un mercado exclusivo para los productos de la industria francesa, a procurarse allí materias primas (carbón, minerales, caucho, arroz, algodón...), a explotar una mano de obra barata (casi esclava en las minas, las plantaciones de caucho, las manufacturas...).

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Puede decirse sin exagerar que la guerra colonial comenzó de hecho desde el momento en que las primeras tropas francesas pisaron Indochina en 1859 (toma de Saigón). Una vez establecido en el país el poder colonial llevó a cabo una guerra permanente contra la población campesina y obrera en revuelta latente o abierta, larvada o insurreccional. Este movimiento de revuelta se desarrolló en sus comienzos bajo la égida de letrados, jefes religiosos, sociedades secretas. A partir de los años 1920 aparecieron formaciones políticas nacionalistas modernas que luego encabezaron estos movimientos.
En 1923, en Cochinchina, Nguyen An Ninh6 publica La Cloche fêlée7 diario que denuncia la irreverencia del poder colonial. Exhorta a los jóvenes que puedan hacerlo a expatriarse en Francia para ampliar sus horizontes porque, según su opinión, la opresión viene de Francia, pero el espíritu de liberación también. En 1926 Saigón conoció su primera primavera de revuelta. En un mitin convocado por Nguyen An Ninh, el pueblo humilde de Saigón se manifiesta masiva y abiertamente contra el poder colonial reclamando las libertades democráticas. En el funeral del viejo revolucionario Phan Chau Trinh, la población de todo el país se reunió en una grandiosa manifestación contra los amos.
Estimulados por Nguyen An Ninh, muchos jóvenes responden a su llamado y emigran a Francia. Allí el Partido Comunista francés envía a un importante número de ellos a Moscú para formarlos como revolucionarios profesionales. Otros entre estos emigrados no irán a Moscú porque desconfían de la URSS, que ya estaba bajo el puño de Stalin, y se adhieren a la Oposición de Izquierda trotskista en Francia.
Así es que en 1923 el emigrado Nguyen Ai Quoc8 (que luego tomará el nombre de Ho Chi Minh) fue a Moscú enviado por el Partido comunista francés al cual adhirió después del congreso de Tours de 1920. Bajo la égida de Moscú y de la Tercera Internacional, funda en 1925, en Cantón, el Thanh nien cach mang dong chi hoi (la Asociación de los Jóvenes Camaradas Revolucionarios), que acoge y reagrupa a los anamitas sublevados emigrados en China. Después de algunos meses de formación, estos revolucionarios profesionales vuelven al país. A partir de los años 1925-1926 el Thanh Nien se implanta rápidamente del norte al sur del Vietnam, principalmente en el campesinado.
En 1927, en Hanoi, se forma en la clandestinidad el Partido Nacional del Vietnam (VNQDD, Viet Nam Quoc Dan Dang), cuyo objetivo declarado es expulsar a los franceses de Indochina y constituir una república democráticaburguesa. Predican como medios la conspiración, el complot militar y el terrorismo. En febrero de 1930 el Partido Nacional del Vietnam promueve la insurrección de los regimientos de tropas indígenas de la guarnición de Yen Bay9 (Vietnam del Norte).
Fue ahogada en un baño de sangre y el Partido Nacional del Vietnam aniquilado.

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El reagrupamiento nacionalista protobolchevique Thanh Nien, forjado por Nguyen Ai Quoc (el futuro Ho Chi Minh) en Cantón, se reorganizó en Partido Comunista indochino en febrero de 1930.
A partir del 1° de mayo de 1930, sus militantes organizan marchas de campesinos pobres hacia los centros administrativos para pedir la disminución del impuesto personal y una prórroga de pago, siendo el 1° de mayo la fecha límite de la recaudación. El movimiento se desarrolla esencialmente en Cochinchina y en Anam. El poder colonial responde con tiroteos a esas manifestaciones pacíficas.
Rápidamente, el partido orienta al movimiento de reivindicaciones económicas hacia la insurrección para derribar al imperialismo colonial, tomar el poder e instaurar un régimen soviético.
Esto corresponde a la política conocida como el «tercer período» profesada por Moscú en esa época.
En Anam del Norte se forman los soviets campesinos del Nghê Tinh entre septiembre de 1930 y principios de 1931. En Anam del Centro formaciones de guerrilleros atacan puestos militares. En el sur el naciente levantamiento campesino ejecuta policías con importantes cargos.
Una represión sangrienta venció al movimiento campesino. Miles de campesinos cayeron masacrados, encarcelados, enviados a los campos de trabajos forzados. El Partido Comunista fue casi destruido.
Después del aplastamiento del movimiento campesino nacen en el interior del partido dos grupos de oposición de izquierda comunista, uno en Anam del Norte y otro en Cochinchina. Critican su política dirigida principalmente por revolucionarios profesionales «enviados por Moscú», quienes jamás consultaban a las bases que sólo eran utilizadas para cumplimentarla. El grupo cochinchino juzga que el Partido Comunista indochino, poniendo lo esencial de sus esfuerzos en dirección al campo, había descuidado al proletariado urbano de los centros industriales que teóricamente era el único capaz de convertirse en la vanguardia de la revolución ya que, por más joven y débil que fuese, tenía en sus manos los centros nerviosos del sistema de explotación económico y de dominación colonial10.
Este grupo fue activo entre los culis11 y los obreros de Saigón y constituyó el grupo clandestino Thang Muoi (Octubre), dirigido por Ho Huu Tuong y Dao Hung Long. Publicaron cuadernos teóricos con el mismo nombre (ocho números entre agosto de 1931 y marzo de 1932).
Ta Thu Thau, que acababa de ser expulsado de Francia por haber manifestado en los Campos Elíseos contra las condenas a muerte de los insurrectos de Yen Bay, reunía por su lado a otros militantes desorientados por el fracaso del PCI. El grupo publicaba la hoja de combate Cong San (Comunismo).
En noviembre de 1931 los dos grupos se fusionaron en el Ta doi lap (Oposición de Izquierda). Mantuvieron Thang Muoi (Octubre) como órgano teórico y la publicación Ta doi lap tung thu (Ediciones de la Oposición de Izquierda) difundía los clásicos marxistas traducidos al vietnamita (Manifiesto comunista, El ABC del comunismo de Bujarin, Del socialismo utópico al científico de Federico Engels... y una quincena de títulos). Trabajo gigantesco para un grupo tan pequeño en la estricta clandestinidad.
Este movimiento fue quebrado por la represión apenas nació: la policía política detectó las «imprentas».
En agosto de 1932, 65 militantes y simpatizantes fueron puestos tras las rejas, unos treinta de ellos en Saigón.

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Descripta esta situación, pido disculpas puesto que, con el objetivo de dar un testimonio concreto, voy a utilizar la primera persona como en aquél libro de recuerdos, Au pays de la Cloche fêlée12.
Fue a los 14 años cuando dejé mi hogar para ir a trabajar a la ciudad de Saigón en una firma francesa de productos metalúrgicos, que comencé a seguir con más interés la actualidad de los movimientos revolucionarios.
Hacia 1930, comencé a ir, después de trabajar, a la biblioteca municipal de Saigón a leer a Marx, dando un falso nombre, por supuesto. Intentaba traducir al vietnamita el Manifiesto comunista. Un amigo del trabajo conoció a un redactor de un diario, que resultó ser Ho Huu Tuong, cuyo retrato les hice anteriormente, y le habló de mi intento de traducción. Sintió mis ganas de actuar e, iniciándome en la clandestinidad, me presentó a Dao Hung Long, de quien les hablé anteriormente también. Entro así en contacto con este grupo de la Oposición Trotskista de la Cochinchina dirigido por Ho Huu Tuong. En mi trabajo, intento reagrupar discretamente en una asociación (ya que las palabras cong hoi, sindicato, son imposibles de utilizar en plena represión) a la mayoría de los culis y a los dos choferes de camiones, cuyo objetivo era tanto ayudarnos mutuamente en caso de golpes duros, muertes, enfermedad, como mantener un clima de fraternidad entre esclavos. Nos reuníamos unos treinta o más, con precaución, una vez en la casa de uno en los suburbios, otra vez en la casa de otro en la ciudad, con el pretexto de un aniversario de casamiento, o simplemente de que hacíamos una fiesta, puesto que estaban prohibidas las reuniones de más de 19 personas sin previa autorización. Una mañana en el horario de apertura, los culis se negaron a entrar al taller, y se quedaron en la calle. Fue la primera huelga, espontánea, de los trabajadores menos remunerados por la firma. Reclamaban un mejor sueldo y denunciaban los golpes y los insultos groseros. Los negreros no cedieron enseguida, pero al pago siguiente, los salarios más bajos aumentaron levemente.

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El movimiento oposicionista trotskista fue desmantelado por la policía política francesa en agosto de 1932.
Los juicios a 21 militantes de la Oposición de Izquierda trotskista el 1° de mayo de 1933, seguidos del juicio a 121 militantes del Partido Comunista el 3 de mayo, marcaron prácticamente el fin del movimiento subterráneo. La mayoría de los militantes fueron encarcelados o deportados a los campos de trabajos forzados.

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1933: es la época totalmente insólita en la historia, de un frente único entre stalinistas y trotskistas, en el momento en que, en todo el mundo, los stalinistas se proponían eliminar política y físicamente a los trotskistas, como fue primero en la URSS y luego en España. Este frente se formó para las elecciones municipales de Saigón, en abril de 1933, alrededor de Nguyen An Ninh.
Fueron su carisma generoso y su influencia los que permitieron que las dos tendencias comunistas (stalinistas y trotskistas, que lo consideraban su progenitor) aceptaran formar un frente único en el seno del periódico La Lutte en 1933. Así, las dos tendencias se pusieron de acuerdo para difundir las ideas marxistas y para abstenerse de criticar mutuamente sus posiciones trotskista o stalinista, con el objetivo de luchar en común contra el poder colonial en la escena legal.
Así fue que desde 1933 hasta 1937 participaron en una causa común, hecho que constituye un fenómeno único en la historia del movimiento comunista, pero que puede ser comprendido, desde un cierto punto de vista, fácilmente, ya que, bajo el régimen colonial, Indochina era una verdadera cárcel y era natural que los presos se unan contra los guardias carceleros.
El 2 de mayo de 1935, un golpe fatal sacude el mundo de los refractarios al orden imperialista: Stalin firmaba con Laval el «tratado franco-soviético de asistencia mutua» y aprobaba oficialmente a Francia por desarrollar su fuerza militar. El Partido Comunista francés va a esforzarse dócilmente por apagar todo espíritu antimilitarista y por apoyar la integridad del imperio tricolor. Progresivamente, el Partido Comunista indochino va a alinearse, a pesar de las inevitables resistencias internas. La Lutte -periódico de colaboración entre stalinistas y trotskistas- guardó silencio.
La nueva línea impuesta al PC indochino hacía urgente una crítica radical. Los trotskistas legales estaban maniatados por su acuerdo de frente único con los stalinistas en el grupo La Lutte. Es por esto que, frente a esta sumisión al nacionalismo stalinista, junto a Lu San Han, ex disidente del Partido Comunista, Ho Huu Tuong me presentó a la salida de la cárcel a otro camarada, Trinh Van Lau, y decidimos crear la Liga de los Comunistas Internacionalistas por la construcción de la IV° Internacional. Temíamos que en el país la victoria del nacionalismo sobre el imperialismo colonial significara simplemente el advenimiento de una burguesía autóctona y que la condición de explotados siguiera siendo
desesperadamente la misma.
Por la noche, con un joven tipógrafo, me ocupaba del montaje de nuestra imprenta clandestina artesanal con material recuperado. Aprendí a imprimir y pudimos publicar un folleto teórico Cach mang thuong truc (Revolución permanente), que circuló en la clandestinidad. Hacia fines de 1935 nuestro grupo lanzaba la hoja de lucha Tien dao (La Vanguardia).
Esta hoja retomó las viejas críticas de los oposicionistas agregando que los partidos comunistas no debían dejarse reducir al rol de auxiliares de la diplomacia rusa, que si la guerra imperialista estallaba, el deber sería transformarla en guerra civil, que la URSS debía defenderse sólo mediante la acción revolucionaria del proletariado.
La primera acción práctica de nuestro grupo fue el apoyo a los cocheros en huelga. Los cocheros de tílburi entraron en efervescencia contra las trabas destinadas a eliminarlos en beneficio de la Compañía Francesa de Tranvías.
El 25 de diciembre de 1935, realizaron una huelga casi total. Al día siguiente se manifestaron en la plaza del mercado central de Saigón y les pidieron a los consejeros municipales stalinistas y trotskistas nuevamente reelectos que intervengan.
La represión fue entonces extremadamente violenta. La Policía política hizo indagaciones en la oficina del periódico La Lutte y se llevó a todos sus redactores, así como a Ta Thu Thau, recientemente electo, por obstaculizar la libertad de trabajo.
Mudamos nuestra imprenta varias veces.

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Luego llegó junio de 1936. Con el advenimiento del gobierno de Frente popular, presidido por León Blum y apoyado por el Partido Comunista, los obreros comenzaron a hacer huelgas y a ocupar las fábricas en toda la metrópolis. ¿Al fin habría llegado, también para nosotros, esclavos coloniales, el tiempo de la esperanza? Nuestra Liga Internacionalista decidió llamar a nuestros hermanos y hermanas a lanzarse hacia la salida del infierno.
Fue justo en el momento en que entrábamos en acción que nuestro núcleo cayó en manos de la policía política, el miércoles 10 de junio de 1936. Nuestro arresto no pudo impedir la difusión en Saigón, la noche del 11 de junio, de nuestro volante de llamado a la formación de los comités de acción y a la huelga general.
Alentados por el movimiento metropolitano de huelgas seguido por ocupaciones de fábricas, los obreros de Indochina se sublevaron para reclamar a los amos el descanso del domingo, la jornada de ocho horas, el derecho sindical. Estallaron huelgas en todo el país, las más importantes paralizaron el arsenal, las vías del ferrocarril.
Un Código de trabajo irrisorio fue promulgado, pero ni el derecho sindical ni el derecho a la huelga fueron reconocidos.
El programa del Frente Popular francés comprendía el envío de una comisión de investigación parlamentaria sobre las aspiraciones de los pueblos colonizados. Ta Thu Thau y La Lutte llamaron a la formación de comités de acción y a la designación de delegados a un Congreso indochino concebido como esbozo de un frente popular local. La campaña para el Congreso fue lanzada, miles y miles de volantes repartidos. El desarrollo de los comités de acción fue fulgurante. En la región de Saigón-Cholón se organizaron en la Compañía Francesa de Tranvías, en la fábrica de cigarrillos, en las destilerías de Binh taay, en los depósitos petroleros de Nha be, en las vías del ferrocarril, en las imprentas, entre los cocheros. La efervescencia popular creció como una marea poderosísima. La administración colonial se atemorizó y alertó a París; el 8 de septiembre de 1936 el ministro de las Colonias, Moutet, prohibía «la reunión en Saigón de un congreso de varios miles de individuos para prevenir posibles disturbios» Hubo una ola de arrestos. Así Nguyen An Ninh, Ta Thu Thau y Nguyen Van Tao se unieron a nosotros en el Departamento Central de Policía.
Estando ellos tras las rejas, el Movimiento del Congreso Indochino fue decapitado. El gobernador de Cochinchina ordenó la disolución de los comités de acción. Durante esos mismos días acogimos entre nosotros a los 17 campesinos del comité de acción de Ben luc.
Fue en medio de esta convivencia entre stalinistas y trotskistas en la cárcel que nos enteramos de los juicios de Moscú.
Más que nunca el frente trotskista-stalinista en La Lutte nos parecía una verdadera paradoja. Los trotskistas rusos eran tratados de víboras ponzoñosas en Moscú, encarcelados, deportados, masacrados: ¿por cuánto tiempo más los trotskistas de Indochina escaparían a la condena de Stalin y de sus partidarios locales?
Mientras que Ta Thu Thau y su equipo persistían en mantener una liga unitaria, a esa altura poco sólida, al interior de La Lutte, nos enteramos, en marzo de 1937, que en contra de su silencio obligado, nuestro camarada en libertad Ho Huu Tuong había relanzado Le Militant, «órgano de defensa proletaria y de combate marxista», y publicaba en él el Testamento de Lenin, con su llamado de atención contra la brutalidad y la deslealtad de Stalin.
Un domingo por la mañana, aún en la cárcel, me emocioné mucho por la aparición de Dao Hung Long, mi viejo amigo, que había perdido de vista desde 1932. Había sido condenado a un año de cárcel en 1933 y enviado a los trabajos forzados en las carreteras de Chau doc. Allí arrastró a los presos comunes a rechazar el trabajo pesado, y luego a realizar la huelga de hambre.
Me confió que su arresto tuvo lugar en el momento de una importante reunión clandestina organizada por los trotskistas la noche del 29 de mayo de 1937. Por primera vez, se habían reunido los delegados obreros de unos cuarenta talleres y empresas de Saigón-Cholón (del arsenal, los talleres de la artillería, las vías del ferrocarril, los tranvías, herrerías, Talleres y Construcciones de Indochina -FACI-, el correo del Este Asiático, el caucho manufacturado, la Compañía de aguas y electricidad, imprentas Portail, Ardin, Unión, de las tres grandes cocheras de la ciudad, las Destilerías de Indochina, portadores de bolsas de arroz no decorticado de los molinos chinos, de los molinos de Extremo Oriente, en Cholón...) para constituir la Federación Sindical obrera.
Junto a unos sesenta obreros presentes, Dao Hung Long fue arrestado en plena reunión, durante una violenta operación de la policía política.
Los trotskistas afirmaban más que nunca su presencia en el movimiento obrero. La policía política se preocupaba por ello. Uno de sus informes menciona:
«La influencia de los agitadores revolucionarios a favor de la IVª Internacional progresó en Cochinchina, principalmente en los medios obreros de la región Saigón-Cholón. El elemento obrero es más adicto al partido trotskista que al PCI».
En mayo de 1937, bajo la orden de Moscú, Gitton, del buró colonial del Partido Comunista francés, ordenó a los stalinistas vietnamitas romper con los trotskistas. Los stalinistas dejan el grupo La Lutte, fundan un nuevo periódico, La Vanguardia, en el cual tratan a los trotskistas, sus aliados de la víspera, de «hermanos gemelos del fascismo».
A la salida de mi primer estadía en la cárcel, en junio de 1937, junto a Dao Hung Long, publico un folleto en vietnamita denunciando los juicios de Moscú, que fue interceptado apenas salía de la imprenta.
En 1938-1939, el Partido Comunista indochino marcha bajo la sombra de la bandera tricolor francesa. Apoya la política del gobierno colonial por la defensa de Indochina contra la amenaza japonesa, llegando incluso a apoyar el lanzamiento de un préstamo, e incluso el reclutamiento suplementario de regimientos de tropas nativas.
El Partido Comunista se alía con la burguesía constitucionalista en las elecciones coloniales de abril de 1939 y es vencido. En cambio la lista trotskista Cuarta Internacional de Ta Thu Thau, que había luchado en contra de la adjudicación del préstamo y del reclutamiento de regimientos de tropas indígenas, obtuvo tres electos. (Es una victoria que hay que matizar precisando que se trataba de una elección censitaria, pero los electores burgueses y pequeño-burgueses se oponían a la política de defensa nacional, que implicaba un aumento de los impuestos y las tasas.)
El 20 de mayo de 1939, en un telegrama al Ministro de las Colonias, el gobernador general Brévié celebraba la posición de los stalinistas locales:
«Mientras que los comunistas stalinistas comprendieron como Nguyen Van Tao que el interés de las masas anamitas los llevaba a acercarse a Francia, los trotskistas, bajo la égida de Ta Thu Thau, no temen empujar a los indígenas a sublevarse con el objetivo de aprovecharse de ello y hacer una guerra de liberación total.»
Después del fracaso del Partido Comunista en estas elecciones y de la victoria de los trotskistas, Ho Chi Minh, que aún estaba en China, en Guilin, envía a sus camaradas de Hanoi la directiva de eliminar «políticamente» a los trotskistas. (Será escuchado. Sus partidarios masacraron a los trotskistas apenas Ho Chi Minh ascendió al poder en 1945.)
En septiembre de 1939 comienza la segunda carnicería mundial. En Indochina la persecución es general, todos los sospechosos políticos, prácticamente sin excepción, son enviados a los campos de trabajo forzado y a las cárceles.
1939-1940: con el pacto Hitler-Stalin, el Partido Comunista indochino hizo un súbito giro, considerando nuevamente al imperialismo francés como enemigo: no apoyan más al gobierno colonial contra Japón (que ocupa Indochina en 1940, dejando existir la administración francesa bajo su control hasta el 9 de marzo de 1945). Es por esto que después de la declaración de guerra entre Francia y Alemania, en Cochinchina el Partido Comunista, que si bien estaba desmantelado aún conservaba una base rural importante, desencadena en noviembre de 1940 una insurrección campesina por la toma del poder.
Esta estrategia en zigzag de bruscos cambios tuvo consecuencias trágicas. La insurrección fue ahogada en un baño de sangre. Habrá miles de asesinados y encarcelados, y centenares de condenados a muerte.
El período de 1940 a 1945 se caracterizó por una ausencia total de oposición a la administración francesa, bajo las botas de los japoneses. Todos los subversivos estaban encarcelados o en los campos de trabajos forzados.
1941: con el objetivo de reconstituir las fuerzas desmanteladas del Partido Comunista indochino por la represión francesa de 1939-1940, Nguyen Ai Quoc, ya conocido como Ho Chi Minh, destruyó la etiqueta comunista y creó el Vietminh (abreviación de Viet Nam doc lap dong minh, Frente por la Independencia de Vietnam), cuyo objetivo inmediato era, cito:
«Expulsar a los fascistas franceses y japoneses para restablecer la independencia completa del Viêt Nam, en alianza con las democracias en lucha contra el fascismo y la agresión.»
Estaban excluidas de su programa la lucha de clases y la revolución agraria, ya que no había que atemorizar a la burguesía y a los propietarios rurales a quienes quería alinear.
El Vietminh se consagró a la organización de una red clandestina en el Alto Tonkín y a partir de noviembre de 1941 organizó un primer grupo de guerrilleros, embrión del futuro «Ejército de liberación».
En realidad el Vietminh es el Partido Comunista indochino travestido.
En 1944 Ho Chi Minh pide ayuda a los famosos servicios secretos norteamericanos de la Office of Strategic Service (OSS), que le proporcionan armas e instructores.
El 15 de agosto de 1945 capitula Japón. Los aliados deciden que Vietnam será ocupado al norte del paralelo 16 por las tropas chinas de Chiang Kai-shek13 y al sur por las tropas inglesas.
Antes de la llegada de las tropas de ocupación, aprovechando el vacío político, y frente a la indiferencia de los japoneses vencidos, Ho Chi Minh toma el poder en Hanoi, mientras que sus partidarios toman el poder en el sur.
En septiembre de 1945, en Saigón, al día siguiente de una gran demostración de fuerza stalinista, distribuimos un volante, firmado por la Liga de los Comunistas Internacionalistas, en la plaza del mercado central, que llamaba a la población a armarse, organizarse en comités del pueblo, constituir milicias populares... La gente intenta procurarse armas. En Saigón, los comités del pueblo (reminiscencia de los comités de acción de 1936) surgen espontánea y numerosamente como organismos de gobierno local. Los obreros de los barrios de Saigón ya habían elegido sus comités en el mes de agosto. En todas partes se desarrollan embriones de consejos populares; el dinamismo parece irresistible.
La Liga pone todas sus energías en la coordinación de este movimiento. En un barrio popular de Saigón abre un local, donde los delegados electos pueden reunirse bajo la protección de obreros armados. Estos delegados difundieron una declaración en la cual afirmaban su independencia hacia el gobierno de facto stalinista así como su condena resuelta a todo ataque a la autonomía de las decisiones obreras y campesinas.14 El gobierno stalinista envió a la policía y encarceló a los delegados, juzgándolos frente a un tribunal llamado popular.
Las tropas inglesas rearman a los franceses que emprenden la reconquista del sur. Es en ese momento que estalla la insurrección de Saigón, el 23 de septiembre de 1945.
La noche de la insurrección de Saigón, el 23 de septiembre de 1945, los obreros de los talleres de los tranvías deciden en completa autonomía participar de la insurrección contra la vuelta de los franceses. Con el espíritu internacionalista de la Liga, tomando al pie de la letra los llamados al armamento del pueblo, rompieron con la Confederación General del Trabajo stalinista, bautizada «Obreros del Ejército Nacional», y se reagruparon en una «milicia obrera» (denominación inspirada en la guerra de España). Los aproximadamente sesenta combatientes se organizaron en grupos de once, cada uno bajo la responsabilidad de un camarada elegido por nosotros mismos. La milicia obrera toma posición en el centro de la primera línea del frente, durante el cerco a Saigón ocupada por las tropas inglesas y francesas. Así participó del combate contra las fuerzas coloniales intentando crear una organización revolucionaria que no le deba nada a estrategias impuestas desde arriba. Todas las fuerzas armadas que estaban contra la vuelta de los franceses en el sur -las sectas religiosas Cao dai y Hoa Hao, los diferentes grupos armados, entre los cuales los grupos trotskistas que habían enfrentado en el terreno las tropas coloniales anglo-francesas-, todos ellos fueron, luego, destruidos, físicamente eliminados por el Vietminh. Esto comenzó con el asesinato de los trotskistas y luego siguió con los dirigentes de otras formaciones, para instalar el poder absoluto del Vietminh en la conducción de la resistencia.
En el norte Ho Chi Minh había logrado acuerdos con los chinos de las tropas de ocupación para mantenerse en el poder hasta la llegada del cuerpo expedicionario francés que, una vez que los chinos se retiraron, comezó la reconquista en diciembre de 1946. Igual que en el sur, Ho Chi Minh hizo asesinar a todos los trotskistas desde su advenimiento al poder y después de la retirada de los chinos, destruyó a los otros movimientos nacionalistas de liberación.

*

Quisiera evocar aquí algunos momentos fuertes y ocultados de esta verdadera lucha de clases integrada en la lucha por la independencia.
En el momento en que Ho Chi Minh tomó el poder en el Norte, en agosto de 1945, entusiasmados por la liberación, los 30.000 mineros de las minas de hulla de Hongai-Campha creyeron que estaban libres de tomar su destino en sus manos. Eligieron consejos para administrar ellos mismos la producción minera, controlaban los servicios públicos del distrito, las vías del ferrocarril, el telégrafo, aplicaron el principio del salario igual para todos en todas las categorías del trabajo manual e intelectual. Incluso combatieron el analfabetismo organizando cursos entre ellos. Así se organizó la vida en esta Comuna obrera, sin jefes, sin policías.
Pero el movimiento se mantuvo aislado, y por ello terriblemente vulnerable; las tropas del gobierno de Ho Chi Minh fueron enviadas con el objetivo de cercar el distrito de las minas; su comandante interpeló a los mineros, invocando la necesidad de la unidad nacional y, con el objetivo de que se rindan, promete mantener un cierto statu quo de su Comuna. Esto no se dilató: no sólo hizo arrestar a todos los delegados obreros electos, sino que reemplazó inmediatamente los consejos por una nueva jerarquía de cuadros Vietminh. Y pronto reinó sobre el distrito, después de tres meses de autonomía revolucionaria, el orden militar-policíaco de la stalinista «República Democrática».

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También quisiera recordar los movimientos autónomos de los campesinos del norte. En Tonkín y en Anam del Norte, los campesinos, bajo la presión del hambre y recordando la consigna del Partido Comunista indochino en 1930, «La tierra para quien la trabaja», habían rechazado la unidad nacional con los propietarios rurales y empujaron a los comités del pueblo a confiscar los bienes de los ricos y a devolverles las tierras: sabrían, ellos, hacerla producir más y la cosecha no sería desviada hacia la especulación. Ho Chi Minh, tampoco esperó esta vez a dominar sus iniciativas. Una circular de noviembre de 1945 dirigida a los comités provinciales estipuló que «los arrozales, los terrenos de cultivo no serán repartidos» y una ordenanza sobre la «organización de los poderes populares» proclama el restablecimiento de una jerarquía piramidal conforme a la del Vietminh. La jerarquía stalinista hizo intervenir su policía e impuso manu militari la restitución de las tierras y de los bienes a los propietarios rurales.
En el sur, en la región del Mekong, los campesinos también se apoderaron espontáneamente de las tierras de sus explotadores. Militantes stalinistas -por intentar detenerlos- casi se hacen linchar por los expropiadores. En la prensa aparece un comunicado del Comisario del Interior del gobierno de facto stalinista: «Serán castigados sin piedad aquellos que hayan empujado a los campesinos a apoderarse de las propiedades rurales. La revolución comunista que resolverá el problema agrario aún no tuvo lugar. Nuestro gobierno es un gobierno democrático y burgués, aunque los comunistas estén en el poder.»
De esta manera el Vietminh se proporcionó todos los medios para mantener la hegemonía absoluta del poder y de la conducción de la guerra. Estamos en el umbral de la guerra de treinta años. Desde luego, el partido de Ho Chi Minh ganó la guerra. ¿Pero el pueblo vietnamita ganó otra cosa más que una nueva servidumbre?

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«Quienes tienen el control del presente, ¿por qué no tendrían el control del pasado?», escribía George Orwell.
Cuando la historia se casa con el discurso del vencedor, encubriendo y ahogando todas las luchas pasadas en un esquematismo maniqueo que disuelve las verdaderas encrucijadas, el presente se impone como una fatalidad ineluctable.
Es por ello que quise evocar todo esto con la perspectiva de las luchas presentes y venideras.

1 Traducción inédita del francés al español tomada de Les Cahiers du Mouvement Ouvrier N° 16, CERMTRI, diciembre 2001-enero 2002, p. 65.
2 Ngo Van nació en 1912 en Cochinchina (región de Saigón), en una familia de campesinos pobres de trece hijos, y se comprometió muy rápidamente con la lucha contra el colonialismo, sus colonos y su administración. En 1936 participó de la fundación de una organización trotskista, la LCI, que se diferenciaba de la sección vietnamita de la IV° Internacional dirigida por Ta Thu Thau, por razones que explica en sus dos libros. Ese mismo año fue arrestado y padeció brutales tratos por parte de la policía política francesa. Apenas finalizada la guerra, logra escapar a la masacre generalizada de los trotskistas de todas las tendencias -organizada conjuntamente por las tropas coloniales y el Vietminh stalinista, - y en 1948 abandona el país. [Nota de la edición original].
3 Director del CERMTRI.
4 Se conoce como Guerra de Indochina a la resistencia contra el colonialismo francés que comienza en 1946 y termina en 1954 con la derrota de Dien Bien Phu. Se da el nombre de guerra de Vietnam a la resistencia contra la intervención norteamericana en los 60 hasta la derrota de EE.UU. en 1975.
5 Hue era la capital del antiguo estado vietnamita en el siglo XIX.
6 Líder nacionalista independiente, representante de la extrema izquierda de ese movimiento. Nguyen An Ninh estudió abogacía en París, donde se afilió al movimiento nacionalista. Regresó a Vietnam en 1923 y fundó el periódico nacionalista La Cloche Fêlée, que entre otras cosas publicó el Manifiesto comunista en Vietnam por primera vez; en los ’30 jugó un rol dirigente en el Movimiento del Congreso Indochino, y en La Lutte.
7 La campana hendida, título que Nguyen An Ninh toma de la poesía de Baudelaire «La campana hendida» de Las flores del mal.
8 «Nguyen el patriota», nombre adoptado por Ho antes del definitivo Ho Chi Minh (el que lleva la luz).
9 La insurrección de Yen Bay comenzó como un amotinamiento de las tropas anamitas apostadas en la frontera china, estas masacraron a sus oficiales y controlaron la guarnición por una noche, pero otras guarniciones o no se levantaron o fueron vencidas. La aldea de Co Am se alzó unos días después, y fue aplastada mediante un despiadado bombardeo aéreo. La severidad de la represión francesa que siguió al levantamiento terminó con el Viet Nam Quoc Dan Dong (Partido Nacional) como fuerza política. La masacre de Yen Bay fue un hito en la formación del pensamiento político de los trotskistas vietnamitas.
10 «El grupo se reunió con las tesis de la Oposición de Izquierda: la dirección de Moscú conducía todo al desastre; condujo al aplastamiento de los obreros de Shangai..., al putsch y la masacre de los obreros de Cantón en diciembre y el putsch de Nghe Thin no fue más que la continuación de esto último.» Tomado del artículo de Ngo Van El movimiento de la Cuarta Internacional en Indochina, 1930-1939.
11 Semiproletariado de las plantaciones del caucho.
12 En el país de la Campana Hendida.
13 Chiang Kai-shek (1887-1975): dirigente militar del Kuomintang durante la revolución china de 1925-27, y miembro de su ala derecha. Hasta abril de 1927, cuando dirigió una sangrienta masacre de los comunistas y los sindicalistas de Shanghai, los stalinistas lo consideraron como un gran revolucionario. Gobernó en China hasta que fue derrocado por el PC chino en 1949.
14 Ver esta declaración en Algunas etapas de la revolución al sur de Vietnam en pág. 85 de este dossier.