León Trotsky, 12 de abril de 1938
Estimado camarada Camille[1]:
Le envío el proyecto de programa transitorio. Verá que es un documento muy amplio, que engloba todos los temas que están en el orden del día. Este será el único documento que presento al SI y, si éste lo aprueba, puede presentarlo en su propio nombre a todas las secciones (el capítulo del programa concerniente a la URSS me parece totalmente suficiente, por el momento, no hay necesidad de presentar tesis especiales sobre esta cuestión). Le enviamos los textos en ruso y en inglés. En cuanto al texto francés, Van está por traducirlo y se lo enviará en dos o tres días.
Les hemos pedido a los camaradas de Nueva York que se encarguen de mimeografiar el texto inglés y de enviarlo a todas las secciones y grupos de lengua inglesa. En cuanto al texto francés, se lo envío a usted, al POI y a los belgas. El texto alemán debe prepararlo usted. Por eso, le hemos enviado el texto en ruso.
Simultáneamente, le enviamos una copia rusa para el Biulleten. Si el SI adopta el proyecto, el texto debe ser publicado, tanto en el Biulleten como en otros lados, como el propio proyecto del SI. En caso contrario, debe publicarse como el proyecto de la redacción del Biulleten ruso en nombre de la sección rusa.
El SI puede adoptar el texto en principio, reservándose el derecho de hacer enmiendas, etc., para tener la posibilidad de enviar el texto inmediatamente a todas las secciones.
Me imagino que algunos elementos quizás podrán protestar contra la presentación “precipitada” del programa. Ahora bien, este texto no contiene ningún principio nuevo. Sintetiza todo lo que hemos dicho varias veces. Las cuestiones más candentes (España, URSS, China) fueron discutidas ampliamente en todas las secciones. Sobre estos temas también, el texto no hace otra cosa que sacar el balance. Por lo tanto, no creo que haya nada de precipitado en la presentación del texto.
Destaco que todavía no se trata del programa de la IV Internacional[2]. El texto no contiene ni la parte teórica, es decir, el análisis de la sociedad capitalista y de su fase imperialista, ni el programa de la revolución socialista propiamente dicha. Se trata de un programa de acción para el período intermedio. Me parece que nuestras secciones necesitan este documento.
El verdadero programa de la IV Internacional debería ser elaborado por una comisión especial creada por la Conferencia.
Hay que preparar bien, desde ahora, el viaje de Cannon (y quizás también de Shachtman), empezando por la estadía en Inglaterra[3]. Cannon podría estar una semana, ver a los grupos separadamente y también juntos, para tratar de formar una verdadera sección.
He recibido hace unos días una carta de Frank Maitland, en nombre del Revolutionary Socialist Party[4]. Sería necesario que Cannon (y quizás también Shachtman, si van juntos) visite a esta organización, que está por declararse a favor de la IV Internacional. Hay que avisar a todos los grupos ingleses sobre la llegada de Cannon y proponerles que elaboren informes breves exponiendo sus divergencias. Creo que el SI debe darle a Cannon (o a Cannon y Shachtman) plenos poderes para actuar en Inglaterra como su(s) representante(s) para la eventual unificación de los grupos y la preparación de la Conferencia.
También me parece que hay que resolver la cuestión holandesa definitivamente, tomando como base la cuestión sindical.
Además, creo que la Conferencia debe advertir seriamente al camarada Vereecken que, en todas las cuestiones, no actúa como un miembro de la IV Internacional, sino como el embajador de otra organización. Sus métodos de acción, anárquicos, desordenados y provocadores, son aún peores que sus ideas políticas, mitad sectarias, mitad oportunistas.
En cuanto al caso Eiffel[5], Diego Rivera le escribirá con pleno conocimiento de causa.
Es necesario que, cueste lo que cueste, se establezcan relaciones normales entre Der einzige Weg y Unser Wort. Me parece que usted se compromete demasiado en las luchas intestinas, que le impide como secretario, desempeñar un papel moderador y conciliador. Observo gustosamente que Held colabora en Der einzige Weg. Usted, con la ayuda de Held, podría intentar establecer un régimen normal antes de la Conferencia. Los orígenes históricos o partidarios de Der einzige Weg ahora han perdido toda su importancia. Se trata de llegar a una división del trabajo y a estatutos que, por un lado, preservarán la unidad de la línea general, y por el otro, la libertad de discusión dentro de los límites necesarios. Si los camaradas alemanes no pueden llegar a esto, sería verdaderamente desesperante.
Los norteamericanos creen que es tiempo de nombrar a la IV Internacional, IV Internacional, es decir, abandonar el gracioso “por”. Se ve bien que no tenemos competidores para “crear” la IV Internacional. ¡Dios sabe dónde, cuándo y cómo! Nosotros somos la IV Internacional. Por otra parte, esto está dicho en el proyecto de programa. La palabra “por” sólo le sirve a Sneevliet y a sus semejantes para estar en contra. Otros maniobreros, Maslow, etc., encuentran muy cómodo estar con un pie en la IV, y el otro no se sabe dónde. Vereecken cree admisible soportar (sic) al POUM o a Sneevliet cuando ellos excluyen a los verdaderos representantes de la IV Internacional. Hay que terminar con esos escándalos inauditos. Podemos tener y tendremos las discusiones más acaloradas, pero deben desarrollarse en los marcos legales de la IV Internacional.
También hay que mostrar a todos estos grupos parasitarios (Molinier, Lastérade, Jan Bur, Oehler, Maslow, Weisbord, Field, etc.)[6] que no se puede pertenecer a la IV, sin pertenecer a ella. Nosotros no somos sólo una tendencia. También somos una organización con su disciplina, y es tiempo de que lo comprendan.
Naturalmente, hay que anular los juicios de Praga[7] y de otras partes. La cuestión de los juicios de Moscú está definitivamente resuelta para nosotros. Se trata de propagar los hechos adquiridos y no de comprometerse en nuevos procedimientos judiciales sin el menor valor político.
Espero escribirle en los próximos días sobre su proyecto de estatutos. Pero en general, usted debe tomar en cuenta que, durante los próximos meses, debo abandonar completamente mi trabajo cotidiano e incluso, reducir mi correspondencia todo lo posible. Debo escribir en seis meses un libro sobre Stalin para un editor norteamericano. Le ruego que lo comunique oportunamente a todos los camaradas interesados en esta situación.