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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

A los camaradas búlgaros

A los camaradas búlgaros

A los camaradas búlgaros[1]

 

 

4 de octubre de 1930

 

 

 

(Fragmento de una carta)

 

¿Cuál es la base del régimen de la URSS? Recapitulemos los elementos esenciales: a) el sistema soviético como forma estatal; b) la dictadura del proletariado como contenido de clase de dicha forma estatal; c) el papel dirigente del partido, en cuyas manos se concentran todos los elementos de la dictadura; d) el contenido económico de la dictadura proletaria: nacionalización de la tierra, los bancos, las fábricas, el sistema de transportes, etcétera y el monopolio del comercio exterior; e) el puntal militar de la dictadura: el Ejército Rojo.

Todos estos elementos están muy estrechamente vinculados entre sí, y la eliminación de cualquiera de ellos puede provocar el derrumbe de todo el sistema. En la actualidad, el eslabón más débil de la cadena es indudablemente el partido, piedra fundamental del sistema.

¿Existe todavía en la URSS la dictadura proletaria? Sí, a pesar de todo, existe. A pesar de la política funesta, a pesar de todas las oscilaciones económicas hacia la derecha y hacia la izquierda, el gobierno sigue defendiendo la nacionalización de los medios de producción y el monopolio del comercio exterior. El poder sólo puede pasar a manos de la burguesía mediante una insurrección contrarrevolucionaria. Mientras tanto, todavía se puede regenerar la dictadura proletaria mediante métodos pacíficos.[2] No se puede determinar a priori, cuál es la probabilidad de regenerar pacíficamente la dictadura. El poderío del proletariado debe manifestarse en la acción, probarse en la vida y en la lucha. Esa prueba puede surgir tanto del desarrollo de las contradicciones internas como de un ataque desde el exterior (bloqueo, guerra).

Hemos dicho más arriba que en la actualidad el eslabón más débil es el partido. Hablamos del partido como tal, como selección libre de la vanguardia proletaria y como aparato que conforma un sistema único con el estado. Podría afirmarse con justificación que el partido como partido ya no existe. Sus funciones esenciales -elaboración colectiva de posiciones y resoluciones, libre elección de los funcionarios y control sobre los mismos- han sido eliminadas definitivamente. Si el partido se separara del sistema soviético, éste no tardaría en derrumbarse. Liberados del control del partido, los trusts se convertirían en empresas de capitalismo de estado primero, de capitalismo privado después. Los enfrentamientos entre los sindicatos y los trusts se transformarían muy rápidamente en luchas de clases. El estado pasaría a ser un órgano de los trusts y los bancos y el monopolio del comercio exterior se rompería en varios puntos antes de ser abolido. El Ejército Rojo sufriría un proceso similar. Todo esto probablemente vendría acompañado de toda una serie de convulsiones y estallidos de guerra civil.

Dado que el partido como tal no existe, ¿no es inevitable que se produzca el proceso de degeneración y decadencia del régimen descrito más arriba y, para colmo, en un lapso muy breve? El hecho es que en este "partido" oficial -que junto con la juventud confunde y somete al silencio y la obediencia a más de cuatro millones de personas-, en esta masa enorme, diluida, aglutinada por el aparato burocrático, están dispersos los elementos de dos partidos. Los Bessedovskis, Kaiurovs, Agabekovs[3] demuestran que en el seno del partido oficial está surgiendo un partido contrarrevolucionario, cuyos elementos se encuentran en diversos niveles de maduración. En el polo opuesto, proletario, del partido, se da un proceso simétrico, sobre todo a través de la Oposición de Izquierda. Esa masa floja, que el aparato mantiene unida, se está diferenciando en dos direcciones. Mientras el aparato libra su encarnizada lucha contra la Oposición de Izquierda, que fue y es su principal enemigo, brinda un apoyo directo a los termidorianos.[4] La pregunta clave, ¿quién triunfará?, no la resolverán en forma inmediata las estadísticas económicas de las tendencias económicas socialista y capitalista, sino la relación de fuerzas entre las alas proletaria y termidoriana de la organización que en la actualidad lleva el nombre del partido.

El eje del proceso de cristalización de los elementos proletarios del partido es la Oposición de Izquierda. En la actualidad, ésta es débil, en el sentido de que los vínculos entre sus cuadros y los elementos que se sienten atraídos por ella están rotos. La lucha por el restablecimiento de esos vínculos, es decir, la lucha paciente y clandestina por la reconstrucción del Partido Bolchevique[5] es la tarea fundamental, la más importante y urgente para todo bolchevique.

La primera gran prueba de los acontecimientos demostrará que la burocracia stalinista carece de bases sociales. Quedará suspendida en el aire entre los elementos termidorianos y los bolcheviques. La cristalización del ala izquierda será tanto más rápida cuanto mejor sea la preparación de sus cuadros y más amplios sus vínculos con la clase obrera. En una situación similar (situación internacional, circunstancias internas), la suerte de la dictadura proletaria dependerá de la relación de fuerzas entre las alas proletaria y termidoriana del partido oficial existente. Los resultados no se pueden prever. Ahora debemos hacer todo lo posible para que sean favorables.

Pero supongamos, por un instante, que triunfa el ala termidoriana. Eso significará la liquidación de la dictadura proletaria y precipitará un viraje de ciento ochenta grados hacia el capitalismo. Aun si se produce esa situación hipotética, el trabajo de la Oposición mantendría toda su vigencia, porque defiende la herencia del partido revolucionario. No se puede crear un partido con ayuda del estado soviético. En cambio, con ayuda del partido revolucionario sí se puede construir un segundo estado soviético tras el derrumbe del primero.

Sin embargo, las tareas de la Oposición no están determinadas exclusivamente por la situación interna de la URSS. El conjunto de la Comintern se ha vuelto un arma de la burocracia centrista que socava y destruye al comunismo y con ello sólo empeora las condiciones de la URSS. La Oposición se ha convertido en un factor internacional, y debemos contemplar el trabajo dentro de la URSS también desde esta perspectiva.



[1] A los camaradas búlgaros. Boletín Internacional, Oposición de Izquierda comunista, Nº 2, 1º de marzo de 1931.

[2] "Todavía se puede regenerar la dictadura del proletariado mediante métodos pacíficos". Esta frase señala la actitud de la Oposición de Izquierda hacia la Unión Soviética hasta 1933. A partir de entonces la Oposición de Izquierda y la Cuarta Internacional sostuvieron que sólo se podía restaurar la democracia soviética por medio de una revolución política contra el stalinismo.

[3] Bessedovski, Kaiurov y Agabekov: diplomáticos soviéticos designados por el aparato stalinista que se pasaron al mundo capitalista.

[4] Termidor (1794): mes, según el calendario inaugurado por la Revolución Francesa, en que los jacobinos radicales, encabezados por Robespierre, fueron derrocados por un ala de derecha del campo revolucionario; aunque los termidorianos iniciaron una etapa de reacción política que culminó con la toma del poder por Napoleón Bonaparte, no llegaron hasta el punto de restaurar el régimen feudal. Trotsky llamó termidoriana a la burocracia conservadora stalinista porque creía que su política preparaba el camino para una contrarrevolución capitalista. Hasta 1935, Trotsky usó la analogía con el termidor para indicar un verdadero cambio en el que el poder pasó de una clase a la otra. Luego modificó su teoría, y usó la analogía para indicar un desarrollo reaccionario que se dio "sobre la base social de una revolución" y que, por lo tanto, no alteraba el carácter de clase del estado (véase: Estado obrero, termidor y bonapartismo, en Escritos 1934-35).

[5] El Partido Bolchevique comenzó, bajo la dirección de Lenin como una de las dos fracciones principales del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, sección de la Segunda Internacional, después de su Segundo Congreso en 1903; su oponente principal en el seno del partido era la fracción menchevique. Con el tiempo el bolchevismo y el menchevismo se convirtieron en dos partidos separados, y acabaron, en 1917, por encontrarse en lados opuestos de las barricadas. En 1918 el nombre de Partido Bolchevique fue cambiado por Partido Comunista (Bolchevique).



Libro 2